miércoles, 7 de mayo de 2014

37. Indio de la Tierra del Fuego.


Hace unos años Ada Valls puso en mis manos esta imágen. Hoy me cuenta que perteneció a Andrea Arbini. Era una amiga de su abuela que vivía en un geriátrico. Ella y la abuela era quienes la visitaron. Cuando falleció recibieron algunas de sus pertenencias; sobre ese rastro iniciamos esta nueva presentación.

Esta foto así -rota en tres pedazos- que nos remonta aproximadamente al año 1903, mostrando un nativo fueguino de nombre desconocido, perteneciente a la agrupación cazadora recolectora conocida como ona, y que hoy se asimila a la etnia selknan.

Imágenes originales, negativos en vidrio, son patrimonio del Museo Salesiano Maggiorino Borgatello de Punta Arenas.

La tarjeta postal ha sido desprovista de los sellos postales impuestos en Punta Arenas, por quién destinó la misma a una vecino de Buenos Aires. Nos cuesta arriesgar una identificación mayor puesto que se trataría de una grafía en italiano, o tal vez en una situación dialectal, más común entonces. Hay un apellido que pareciera decir Allbisni, se consonancia con el nombre de aquella abuela que recuerda Ada.

Al dorso se presenta una identificación editora: PELETERIA EL ZORRO, con una situación geográfica circunscripta no a una ciudad, sino a una comarca ESTRECHO DE MAGALLANES. La mencionada editora habría tenido por dueño a G.M.Grosi.



La tercera imagen debe haber sido tomada de una tarjeta familiar, y tiene tras de si toda la técnica que CARLOS ALBERTO VILLARROEL BARRIA vuelca a sus producciones sobre temas históricos y aborígenes, acompañando una gran difusión de los mismos por internet. Pero el encuadre es diferente al original de postal.



En el libro FUEGUINOS, imágenes e imaginarios del Fin del Mundo, encontramos una relación con respecto al autor de estas tomas, para el caso CÁNDIDO VEIGA.

Los antecedentes de este fotógrafo se relacionan más con su actividad que con aspectos de su vida. De origen español, se estableció en Punta Arenas a principios del siglo XIX, ejerciendo junto al portugués Manuel Brazil. En 1905 esta sociedad abrió una casa fotográfica denominada Ibero-Americana, anunciando sus servicios a través de la prensa local. La unión de dichos inmigrantes ibéricos se disolvió en 1907. Por aquella época se instaló con una casa fotográfica llamada Universal, y gracias al auge económico de la región comenzó a ampliar sus servicios, con sucursales en las ciudades de Río Gallegos y Puerto Madryn, en Argentina. Se especializó en retratos de estudio, vistas panorámicas y postales fotográficas, tanto de la ciudad como de paisajes del territorio fueguino. Destaca especialmente por la toma de fotografías de nativos fueguinos, pero "en estudio", producidas con telones y ambientando al personaje con artefactos indígenas. Se dice que realizó un álbum fotográfico de la región, destacando por la nitidez y perfección de sus imágenes. Cerca de 1925  vendió a Tomás Franciscovic sus placas, junto con su emporio fotográfico establecido en calle Roca 966.