Envases en loza cerámica de gres esmaltada. Con data al año 1870 siendo su origen la cervecería Guillermo Kleiman, identificada en una sello grabado bajorrelieve en forma visible, existiendo un segundo sello al pié.
Wikipedia nos ilustra sobre de que hablamos cuando hacemos referencia al Gres: es una palabra proveniente del francés grès, arenisca, conformando “una pasta compuesta principalmente de minerales arcillosos, minerales fundentes y arenas silíceas, que cocida a elevadas temperaturas, permite fabricar objetos con alta compacidad, gran dureza y mejores propiedades mecánicas que otras pastas cerámicas más convencionales”.
“Con el gres se pueden fabricar una cierta variedad de productos como sanitarios, tuberías de saneamiento, vajillas, alfarería entre otros, pero sin duda el mayor campo de aplicación es la producción de pavimentos y revestimientos de baldosas para el suelo”.
Los envases de esta botella porrón miden 22,5 centímetros x 8,5 de diámetro, o tiene tapón y el labio y cuello es redondo.
El número 403 de la revista Todo es Historia trajo un artículo firmado por Daniel Pedro Quintana, bajo el título La historia dorada: 200 años de cervezas argentinas, señalándose en página 55 una referencia a los primeros cerveceros del país: “Entre nuestros primeros cerveceros figuran, como es de esperarse, alemanes, suizos, franceses e ingleses, particularmente instalados en pueblos y ciudades del interior a partir de 1870”, la fecha aludida por Mirta.
Pero también al seguir con la lectura ampliamos nuestro conocimiento sobre EL PORRON DE GRES:
“Uno de los coleccionables cerveceros de mayor predicamento lo constituye el porrón de gres, utilizado antiguamente como recipiente de la bebida”.
“Los cerveceros del siglo pasado (XIX) usaron el gres, como la mayoría de los fabricantes de bebidas, por razones de costo y por falta de confianza en los envases de vidrio. En nuestro país existen más de cien modelos distintos de aquellos que llevan la marca de la fábrica. En general esta consiste en un plastrón del mismo material con el nombre y a veces, con la dirección del cervecero. Este plastrón suele ser de color celeste, aunque hay algunos muy raros de color blanco, así como hay otros modelos que traen la etiqueta grabada a manera de sténcil en color negro o azul; los más antiguos llevan el nombre del productor en bajorrelieve. Los hay también sin marca alguna, por llevar adheridas etiquetas de papel similares a las actuales que se han perdido con el tiempo”.
“Estos envases fueron usados por las primeras cervecerías del Río de la Plata, a partir de la mitad del siglo XIX, encontrándose también en Chile”.
“Por lo general los envases fabricados en Alemania o en Escocia, fueron objetos de uso cotidiano en el pasado siglo y hasta la década del 20 fecha en la que se prohibió su uso: por esta razón aparecen frecuentemente verdaderos depósitos enterrados en aquellos lugares en que funcionaron antiguas cervecerías”.
“Este envase se cerraba con corcho y alambre de forma similar al tapón actual de sidra”.
“En Argentina y Uruguay son muchos los adeptos a este género de coleccionables cerveceros, existiendo una muy completa colección en la Cámara de la Industria Cervecera Argentina”.
Los envases que presentamos las compraban los lugareños de Dolores, Provincia de Buenos Aires; cuando la fábrica cerró algunos tenían los envases y los conservaron con nostalgia.
Nos cuenta Mirta Susana Pereyra –la dueña de estos porrones- que “un conocido de la familia pensó venderlas en la feria de San Telmo y por eso las trajo a Buenos Aires, y cómo obsequio le dejó esas dos a mi mamá”.
“La costa de la zona sufre desde antaño inundaciones, terribles para los sembradíos porque es agua salobre. Muy cerca de Dolores, en San Clemente del Tuyú existen aguas termales hoy explotadas turísticamente”.“Pero también esa zona es tristemente conocida por la aparición de restos humanos de los " vuelos de la muerte ", las mareas allí tienen grandes diferencias entre la pleamar y bajamar”.
Este tema tal vez estremezca especialmente a Mirta, no sólo por provenir de allì su familia (ella es maplatense), sino por ser hermana de Miguel –reconocido artista plástico radicado en Ushuaia- en donde fue brutalmente asesinado en un crimen que ha encontrado culpables pero sobre el cual todavía no hay definiciones.
Los dos, en su infancia, se nos presentan en esta imagen playera:
Nuestra amiga nos relata que “A la vera de la ruta 2, hay un museo que es una réplica del antiguo fortín con zanjas circundantes para detener a los malones. Allí están las marcas de ganado que usaba mi abuelo paterno Agapito Pereyra”. Este Agapito, supimos tuvo al menos 22 hijos, los reconocidos de allí la preeminencia del apellido en la región.
“En resumen, los abuelos de mi abuela materna Dionisia Luna, casada con Miguel Juàrez con el que tuvieron nada más que ocho hijos, nacieron allí, o sea, no descendieron de los barcos, según el relato oral de mi abuela”.
Hemos encontrado en Mercado libre una oferta sobre envases similares a los que aquí exhibimos a un precio de $ 350, o seis cuotas de $65. Mostrándose fotografías del mismo en frente y y dorso.