sábado, 21 de mayo de 2016

060.-Calentador de bolsillo.



Lo tengo presente en mi mas temprana infancia, nos estamos preparando para salir. Se que llevo mitones u pasamontaña gris que si bien no son de la misma lana hacen juego, llevo pantalones de paño y una campera con botones marrones. Mamá trataba de que también entrara una bufanda. No se a donde íbamos pero era importante, el frío no conseguiría detenernos. Mis zapatos son de caña alta y cuero engrasado, dejan ver las medias rombo. Afuera hay nieve.

Mi madre lleva unos zapatones de goma con cierre delantero, un reborde de piel los hace elegantes, usa medias gruesas, abrigadas, azules, de esas que venden las monjas. Llega una falda que le aprieta en la cintura, por eso la fija con un alfiler de gancho. Cuida que no se le vea la combinación. Se que viste una camisa cuadrillé, como de leñador, y sobre ella un jersey que le enviara de regalo
 su hermana  más querida. Se cubre con un chaquetón impermeable azul y en la cabeza saldrá con un pañuelo, una señora no puede salir con la cabeza descubierta. Se fijará que no le falte nada en su cartera, revisa el monedero, las billetera, unos papeles que indican que vamos a hacer un trámite y mirándose en un pequeño espejo que va anexo a una polvera, se retoca. Después saca el pequeño calentador de bolsillo, enciende la mecha azul, y lo coloca del lado derecho.



Ya podemos salir. En la casa crepita el calor de la leña en un octogonal, en la cocina arde el carbón que mi padre consigue de los barcos.

Si hay frío en el pueblo no hay frío en nosotros.



Conservo aquel artefacto metálico que nos daba un poco más de bienestar en el año 1959. Es de fabricación japonesa -de un lado se aprecia la desgastada inscripción de MADE IN JAPAN- y del otro resulta ilegible el número de patente. Mi padre dijo una vez, al tenerlo en sus manos, que era admirable como estaban saliendo los japos de la crisis de postguerra.

Mamá me contó que no lo usa siempre porque se sabe que fue un lejano regalo de un antiguo novio, ante papá nunca se recuerda este origen.

El calentador alimentado por alcohol tiene calor azul. Papá, cuando se lo enciende lo hace con alcohol de quemar, mamá cuando está solo lo hace con el medicinal que guarda en el botiquín de la casa.

Caminamos un par de cuadras y me quejo ¡Tengo tanto frío! Mamá saca el calentador y lo coloca en uno de los bolsillos de mi campera, campera que ella misma confección y a la cual llamamos la "motonetista".., yo siento vértigo de lo que puede ser andar velozmente en moto. Ninguna moto anda en ese momento por nuestras calles, pero mi corazón -tan cerca del calentadorcito prestado- ronronea como una máquina contenta y feliz.




martes, 26 de abril de 2016

059.-El sapo.



El primer Sapo que recuerdo estaba en una galería del Colegio Ceferino Namuncurá, acudíamos a él los jugadores de bolita y nos preguntábamos cuando podríamos incursionar en las habilidades que el mismo nos exigía. Los curas eran remisos porque se recordaba que en unos años anteriores alguien le habría propinado un fuerte golpe en la cabeza con uno de los tejos de bronce a uno de los contrincantes.

Pero con la llegada del padre José Forgacz  se liberalizó su uso, pero solo en los recreos largos o los días en que faltaba una maestra, cosa que era algo muy extraño.

Un día le hicimos creer a un grandulón que los tejos eran de oro, ese día cuando se fueron a devolver faltaba uno.




Se nos requisó exhaustivamente, hasta que se descubrió al pérfido rufián, que no contenía sus lágrimas con la pieza de bronce bajo su lengua. ¡Se puso a llorar y dijo que en su casa estaban pasando hambre mientras aquí, los curas, amontonaban oro para ser usados en un juguete!

El segundo Sapo estaba en casa de mi primo y padrino Oscar Martinovich, en isla Kruger, era un envite a la precisión sobre todo cuando iba aumentando la ingesta de bebidas espirituosas.

No es fácil acertar con los tejos, el proyectil cae por un plano inclinado y se van sumando puntos. Se tiene por lo general seis piezas para demostrar habilidad.

Los más difíciles son el Sapo propiamente dicho y la máscara –también conocida como la vieja-  de la pared del fondo del juego.


En Wikipedia se dice:

Hay quienes le atribuyen el origen de este juego a una antigua leyenda Inca. En esta cultura los sapos eran venerados por sus poderes mágicos. En los días festivos se arrojaban piezas de oro en los lagos, siendo que si un sapo saltaba y comía la pieza, este se convertía en oro y se le concedía un deseo al tirador.
En homenaje a tantos deseos hechos realidad, el Inca manda a construir un gran Sapu de oro, con el cual se divertía toda la realeza. Era un juego de suspenso y destreza, donde la danza y la alegría se mezclaban en un solo rito: PUKLLAY SAPU (jugar sapu). Desde hace tres siglos se conoce en Francia, el juego llamado “Le Tonneau” que no es otra cosa que tonel o barril, elemento que era utilizado para la estructura del juego. Liego el juego comenzaría a llamarse “La Grenouille” (rana).
En el Perú y Colombia, los juegos carecen del elemento “vieja”, que fuera introducido con el correr del tiempo en la Argentina convirtiéndose en el objetivo más valioso del juego.
Las reglas son variantes, según el acuerdo entre los jugadores. En algunos ámbitos sirve para hacer apuestas, de dinero o más simples: como eso del que gana no paga la bebida que consumió en la vuelta.



 Hay un Sapo que está a la venta en la esquina de Rosales y Espora, el comercio deportivo de Bocha Castellano, en tanto que es objeto de atención este que pertenece al Centro de Jubilados Ley 244, tal cual lo muestra su Presidente: Fernando Arturo Barría Osorio.

jueves, 31 de marzo de 2016

058.- Visión educativa


Se trataba de un juego eléctrico de carácter didáctico, mediante el cual se colocaba una terminal conectada a una pila que producía un contacto dentro de un circuito que sólo encendía la luz si el otro cable se colocaba en el espacio justo.


El profesor Miguel Elías Vázquez llegó a casa con este juguete que corresponde al tiempo de su infancia, pero luego vimos la pila moderna que me llevó a persar que no hace mucho ha estado jugando con él, tal vez en la infancia de las hijas.


He aquí una muestra de una de las láminas donde debía hacerse la conexión correcta. El esquema de contactos se repetían lámina a lámina.


La tapa en su parte interior muestra el modo de uso, y tambien la oferta de la firma sobre otros dos juegos similares: Chan el Mago que constesta, que me regalaron a los 7 años; y el mucho más difundido Cerébro Márgico. Pero no tenía nada de mágico, era un "juego científico"


Aquí se puede ver la portada dell "Cerebro" Y el interior del mismo.

viernes, 19 de febrero de 2016

057.-Perchero de oficina.


Ha perdido terreno con el tiempo. En lugares en los cuales se va abrigado al trabajo muchas veces se acude a la perchita, formando fila en una pared, o se dejan colgadas las prendas del respaldo de una silla,

Pero en otros años, donde tal vez los caballeros andaban de traje y sobretodo, le sombrero y paraguas, donde algunas prendas eran largas y en una silla arrastrarían por el suelo, es que se hacía imprescindible el uso del perchero.



El que fotografiamos se encuentra la la Planta Transmisora de LRA 24.

Es gemelo a uno que conservada en su despacho de Jefe de Coprreos, el recordado Oscar Muñoz, recientemente fallecido.

También se lo habrá visto a otros idénticos  en diversas reparticiones públicas ligadas a las comunicaciones. Hemos rastreado recuerdos hasta los años cincuenta, cuando promediando los mismos dejo de proveerse como un insumo indispensable de oficina.

Construido en madera y piezas de bronce, no siembre se lo sigue usando, adquiriendo una función ornamental.

En casa, donde tenemos perchero metálico, esta pieza resulta una artesanía, que nos resultaría agradable conseguir.



Una idea para imitar, o adecuar, por parte de algún carpintero o artesano de la zona. ¡Se que no le faltarían clientes!



martes, 5 de enero de 2016

056.-.Recuerdos de un secuestro.


El día 28 de septiembre de 1966 el vuelo de Aerolíneas Argentinas que saliendo de Aeroparque debía de llegar a Río Gallegos fue intercerceptado con parte del pasaje que armado exigió a la tripulación cambiar rumbo a Malvinas.

El operativo organizado por una agrupación nacionalista, más tarde identificada en algunos sectores por el peronismo proscripto, sería identificado como el Grupo Cóndor.

Entre los pasajeros viajaba una familia fueguina, parte de ella, integrada por los vecinos de Ushuaia: Luciano Preto, comerciante, su cuñada, Juana Brandani, y su pequeño hijo Daniel.

Los Preto han tenido que lamentar el fallecimiento a los 91 años de edad de la madre Doña Elizabeta que, si bien no viajó en este vuelo, conservó algunos elementos testimoniales de lo vivido.

Uno de ellos han sido los pasajes usados en aquella ocasión, pasajes que no llevaron a la familia al destino deseado sino a un sorpresivo y riesgoso aterrizaje en Puerto Stanley, y luego por mar a un retorno a Ushuaia a donde llegó el pasaje, la tripulación, y entre los responsables de este hecho que al ser el primero de piratería aérea en Argentina no tenía una legislación que contemplaras incriminaciones y sanciones específicas.


 

Los pasajes dejan ver el costo: 15.730 pesos moneda nacional, y el medio pasaje pagado por Daniel 7.875. También que fue adquirido con antelación -el 22- para que el día de aquel viaje cubrir los tramos hasta Gallegos y luego Ushuaia.

La experiencia inaugurada por el Grupo Cóndor ganó simpatizantes, como suele ocurrir en nuestro país con todo lo que sea reivindicativo de Malvinas; pero Daniel formó con los años una mirada severa sobre los hechos que tan pequeño le tocó protagonizar.

Respecto al tema Cóndor, seguramente mi papá, que entre otras virtudes tenía grandes condciones para ser un buen político, se refería al tema con más "serenidad" como bien decía. Muchas veces me quedo callado y me juro a mi mismo utilizar el Facebook para cosas alegres, deportivas o sociales, me prometo no opinar de política, pero Mingo, créeme que aveces exploto y pierdo lo poco político que heredé de mi viejo.

No me parece oportuno que la presidenta de los Argentinos en su discurso del 2 de abril reivindique un acto de piratería aérea, porque más allá de lo que pueda haber dejado ese momento es un delito grave.



Daniel encontró entre los papeles maternos este banderín del Bahía Buen Suceso, el transporte de la Armada que los devolvió a Ushuaia, donde aparecen firmas y dedicatorias del pasaje dedicadas a Don Luciano.

jueves, 10 de diciembre de 2015

055.- Los fueguinos, primeras imágenes.


Canoeros avistados por James Weddell en la expedición realizada por 1822.

Foquero y ballenero llevaba entre su tripulación un dibujante de apellido Clark que registró a los nativos y realizó también algunos grabajos.

Weddell fue el primero en utilizar el nombre de fueguians, fueguinos, para los habitantes de nuestro archipiélago generando un gentilicio más allás de las diferencias étnicas que podrían plantearse entre ellos.

Medidos dos de ellos que subieron a bordo de una de las naves registraron una estatura de cinco pies y cuatro pulgadas, no eran los gigantes de los que se habló en otro tiempo.

Eran ñatos, ojos pequeños, y la caja toráxica muy desarrollada, brazo y piernas cortas. Usaban como prenda de vestir un cuero sobre los hombres, las mujeres cubrían sus genitales.

Repertían a la perfección toda frase que se les dirigía en inglés, variando incluso en las pronunciaciones que tenían, por sus diversos origenes, los distintos marineros,

jueves, 26 de noviembre de 2015

054.-Mitón de piel de cordero, y algo más.


En reciente visita realizada a estancia Pirinaica fuimos recibidos por Jorge Sevillano Bares y su esposa Silvia Martínez pudiendo recorrer distintos ambientes del ese establecimiento que inicialmente perteneciera a Cullaré Pi.

En una de las casas que se acondicionaba para servir de "Casa Grande" cuando llegara el invierno, y superar de esa forma las urgencias de calefacción que se plantean en esa estación, encontramos -sobre un viejo armario- este guante de piel ovejuna al que, como todos los que tienen por solo dedo el pulgar, se le da el nombre de "mitón".


Es el único sobreviviente de un par y corresponde a la mano derecha.

Su confección tiene cierta analogía con la de los Xammi de los antiguos onas, pero se aprecia que fue cosido con máquina, no sabemos si de coser doméstica o alguna preparada para la talabartería. Si se advierte la firmeza de la costura en torno al dedo.


La piel se ha mantenido reseca, y la lana está firme -no se desprende a nuestro tironeo- es la que emerge del interior del mitón y que prodigaba calor a quien lo utilizaba en jornadas invernales.


Hoy por hoy la incorporación de elementos ajenos al medio ambiente en la indumentaria fueguina ha hecho que no se fabriquen más estos mitones, pero sería un actividad que se podría repensar en el plano artesanal.


En la foto los mitones al dorso..



Y algo más..

Sobre el momento de realizar este informe mensual el correo nostrajo de Suecia el regalo anual de Hugo Hammar para Radio Nacional.

Y entramos en un tiempo de coincidencias.


Hugo, que formó parte de la dotación inicial de la emisora, reside desde hace muchos años en ese reino, y todos los meses de abril nos ha enviado un disco de regalo, música de su lugar.

El 2014 el disco no llegó, este año tampoco, pero insistió buscando destino en mi domicilio. Y así lo estamos conociendo a Jon Henrik, un músico sami, crecido en la cultura de lo que llamamos lapones, allá por el círculo polar ártico. Él también usa mitones.



Aunque en su caso han de ser de reno, y la piel está del lado externo.

En la tapa del disco se pronosticaba la fecha de llegada del mismo, cosa que se concretó trece días después.

Tareas para la casa:

1.- Buscar en youtube música de este intérprete. Lo hicimos y disfrutamos.

2.- Intentar confeccionar un mitón, similar al que les mostramos.