miércoles, 26 de febrero de 2014

34.- Radio capilla.


Radio receptor armado en Río Grande con componentes importados. Perteneció a la familia Fernandez-Apablaza y hoy será pertenencia del hijo de esta familia pionera: Juan Andrés.


Hace algunos años visitamos a Doña María Apablaza de Fernández que falleció hace unos meses a la edad de 105 años. Entonces ella contó la historia de este objeto que se encuentra en la que fuera su casa, sobre la calle Rivadavia al 500. Fue construida a pedido de su esposo, que ya para entonces se había instalado con el Cine Roca en nuestro puerto, por personal de correos que empleaba parte de sus tiempos libres para estos menesteres, multiplicando de esta forma sus ingresos.

La radio de los años cuarenta era a válvulas, muy simple y sus cuatro perillas son funcionales al encendido y volumen, sintonizador, selector de bandas (con la opción de la onda corta) y tono. El mueble de madera vino a recubrir al aparato, gracias a la gentileza que trajo la "capilla" de Buenos Aires previa selección en un catálogo.

Era el gran entretenimiento de la familia, antes de participar todos en la función del cine. Por entonces no había electricidad a la mañana, la principal función del fluido era iluminar. por ello en horario nocturno se escuchaban emisora de lejos, llegando mucho mejor las señales chilenas, entre ellas Radio Minería.

Ana María Fernánde, Ñata, fue en este caso nuestra anfitriona, recuerda como por los años 60 era uno de los grandes entretenimientos y entonces no estaba de imponente adorno a la entrada del departamento, sino en el centro de la vida familiar: la cocina.



Toda la memoria de ella es anterior a 1965 que fue el año en que -luego de dos meses de noviazgo- se casa con Félix Martínez, sobrino de Don Roberto Wilson, socio de los padres en el emprendimiento de esos días.

Martínez terminaba su servicio militar en el BIM 5  y debía volver a su trabajo en el naciente Banco Provincia de Santa Cruz. Cuando el novio le hizo ver a la novia que partiría a Gallegos y luego se verían ella se impuso: si partía terminaba el noviazgo. Él no lo pensó dos veces: se casó y se la llevó. Una historia matrimonial que sigue en su memoria, él falleció hace un par de años, y que sustanció la vida de Ana María por casi medio siglo.

De pronto acude y me muestra como funciona, tarda un poco en encenderse, luego hay un ruido: le estén haciendo falta antenas de tierra y aire..., trabajo para Juan Andés.

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