domingo, 5 de enero de 2025

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.101. El estanciero. Juego de mesa.

 


Terminaba la escuela primaria con un nuevo compañero: Juan  Augusto Lucas, era un tanto mayor que nosotros y sabía más cosas de la vida que nosotros, pero seguía siendo un niño. A poco de comenzar las clases nos fue invitando a tomar la merienda en su casa de la calle Rivadavia. Era una vivienda hermosa, toda construida en madera, con un trabajo de carpintería que no se parecía al improvisado de nuestras residencias. El padre era el jefe de Aduanas, en años en los cuales alguien de su jerarquía aparecía en el palco oficial los días de fiestas cívicas.

Los chicos de sexto éramos ocho, y yo creo que concurrí en el segundo grupo de invitados. Para entonces sabíamos por los del primero que nuestro amigo tenía algo extraordinario: un trencito alemán –mejor dijo un súper tren- marca Marklin que habría dejado prendado a todos a tal punto que se demoró el retorno de casa uno a sus casos recibiendo las reprimendas bien merecidas.

Confesemos que nuestra felicidad no se originaba en la buena merienda, con pan de panadería, sino en el extraordinario juguete. Hasta que un día Juancito nos dijo que habría tren ese día. Que la mamá nos mostraría un juego de mesa hecho para pensar y divertirnos a la vez. ¡Sonamos! Pensamos al unísono, sería algo así como el ajedrez, y a muchos de nosotros no nos gustaba pensar. Pero la cosa fue diferente porque ella llegó con una caja, desplegó un tablero, situó en lugares preestablecidos fichas, títulos, dinero y un itinerario inquietante. El juego se llamaba El estanciero y con el tiempo llegamos a saber que era una versión criolla de un juego del primer mundo –así no se hablaba entonces pero lo digo para que mejor me entiendas- un juego llamado Monopoly.

Con el correr de los días los concurrentes se dividían en dos: los del tren y los del Estanciero. Y más adelante había que ayudar a Lucas a hacer sus tareas.

Ya me escapé en tiempo en esta relación que ya inicia la segunda centuria de sus publicaciones para llegar al disparador más reciente.

Ocurre que se ha vuelto muy común encontrar en las redes sociales actitudes condenatorias que desde uno u otro sitial de la opinión pública claman por urgentes condenas a distintos protagonistas del accionar comunitario: ¡Qué los metan presos! ¡Qué paguen por lo que han hecho! Cosa que vino a despertar en mi memoria: Marche preso directamente. Como el nombre de un casillero ubicado en una esquina del derrotero lúdico, situación que comprometía la posibilidad de llegar a la meta. Entonces pensé que El estanciero  era algo que podía aparecer en este Museo Virtual, y que en algún lugar de la casa debía estar el mío, que tal vez luego se transfirió a los hijos. La búsqueda fue infructuosa.

Era un estanciero comprado por mi madre en Casa Menón como regalo de mis 12 años.

Entonces acudí a mi Facebook para solicitar  a los miles de amigos alguno que me podía prestar El Estanciero, y con el elaboraría una presentación.

La cosa no fue tan fácil. Hubo opiniones. Entre burlonas y condenatorias. Hasta que un día aparecieron ellas: Paula Flores y Araceli Aguirre. Llegaban con un juego de regalo, ¡mi primer regalo navideño 2024!

¿Puedo decir que el juego volvió para revolución mi vida en su jalón septuagenario? Ustedes son creerme.

Pero no esperen mayores descripciones de este juguete que comenzó a fabricarse entre nosotros en 1942.

Para eso pueden googlear. Yo lamentablemente estoy ocupado, ya fui preso dos veces y perdí mis propiedades en la provincia de Río Negro, y mi situación se torna desesperante.






lunes, 21 de octubre de 2024

EVOCACIONES.21 de Octubre de 1520. Pigafetta registra el descubrimiento del Cabo de las Once Mil Vírgenes.


Este caballero de Rodas, que oficia de cronista de la Expedición de Magallanes, inscribe de esta manera el paso de la armada descubridora por la boca oriental del Estrecho interoceánico.

 

El libro que surgió de la experiencia: PRIMER VIAJE EN TORNO AL GLOBO, dice...

 

Continuando nuestra ruta hacia el Sur, el 21 de octubre, hacia los 52 grados, descubrimos un estrecho que llamamos de las Once Mil Vírgenes por que fue en el día que la iglesia les consagra. Este estrecho, como pudimos enseguida apreciar, tiene cuatrocientas cuarenta millas de largo, o sea ciento diez leguas marítimas de cuatro millas cada una y media legua legua de ancho, poco mas o menos, y desemboca en otro mar, al que llamamos Pacífico.

 

Evidentemente fue escrito después de superada la navegación pionera, y al dar cuenta de la denominación del estrecho, esta coincide con la del cabo orientador: ONCE MIL VIRGENES, un curso de agua que era identificado por sus ancestrales navegantes canoeros como ATELILI...



Imágenes corresponden a la cartografía actual, y una fotografía del faro situado en el lugar.

EL FAMOSO RIO GRANDE.7


Un pueblo que siempre ha andado sobre ruedas. Desde el protagonismo de los carros.

sábado, 19 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.100. Clarita Bridges, y sus pinturas de flores.


 Aquí les estoy mostrando la impresión de una de las pinturas de Clarita Bridges de Goodall, realizadas hace más de cuatro décadas y ornamentando distintos espacios públicos y domésticos, tal vez -en algunos casos- inadvertidamente en su origen.

Ella centro su arte en cuatro especias diferentes: la Phalophlep biflora, la Calceolaria biflora, la Leuceria purpurea, y la Lethrus magallanicus.

Recuerdo aquellos momentos en que gracias a lo por ella publicados muchos comenzamos a prestar atención más detenida sobre las presencias coloridas y fecundas de nuestros bosques y nuestras estepas.

Adjuntamos a este retazo en nuestro museo vitual una relación sobre la vida y obra de la autora, que en la edición que conservamos viene escrita tanto en castellano como en inglés.

Y recuerdo a la vez a don Roberto Reginal Wilson, quien en su exposición privada Kayen fue el encargano de ponernos sobre aviso de esta novedad, como lo venía haciendo con el libro de la nuera: Natalie, o la mentada noveda de Lucas Bridges, reeditada entonces por Marymar, El último confín de la tierra.






miércoles, 16 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.99. Escalera policial

 


Sobre las barrancas de Elcano se podía apreciar entre los años 60 y 70  esta modificación en el terreno construida con el propósito de superar las dificultades de ascenso y descenso a la altura de la calle Rivadavia.

Es que sobre El Cano estaba la comisaría, y había un fluido tránsito peatonal que de no haberse implementado este paso hubiera exigido una enorme vuelta por Py/Ameghino y Belgrano.

Se pude ver que en la primera imagen se ha trabajado a pala modelando la superficie del piso del lugar.


En tanto que en la segunda se han agregado  trabajos con cemento para asegurar la durabilidad del acceso.

Se dice que el mantenimiento de esta mejora quedaba a cargo de algunos contraventores eventuales.

Algunos recuerdan que hubo una baranda de madera.

Yo recuerdo la existencia de una sirena a manija en lo alto, para comunicar algún estado de intrenquilidad pública. Era rojiza, como pintada por antióxido. Allí en algún momento algún chico traviezo iba a hacer sonar la sirena, y luego venía el Pin Raje.

Fue por ello que cambió la manija permanente por otra extraible, que estaba depositada en la guardia, por cualquier eventualidad.



Atrás de esta ceremonia puede apreciarse como era la recordada escalera.



domingo, 13 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.98. Rallaqueso.(Inventario Nostálgico de Río Grande)

 


Otra maquinaria que cumple función ornamenta en el salón del Restaurant LEYMI. En nuestros ámbitos domésticos tenía equivalente más discretos. El queso podía llegar a comparse en horma, pero se iba rallando de acuerdo a las necesidades del momento, sobre todo cuando había una urgencia más mayoritaria de la cotidiana, por ejemplo: Una tallarinada al estilo de los Campanelli.

No encontramos en ella referencias de marca, pero por su conformación podemos inducir que sería Alexander, como la picadora de carne que publicamos en el artículo 93 de nuestro museo.

Si es ampliamente visible el cartel que indica INDUSTRIA ARGENTINA.

Nuestra primera máquina muestra además la pieza de madera que va empujando el queso, que se coloca trozado en la parte superior

y que impide que en la riesgosa tarea se vana dando lastimaduras en la mano.

Somos de pensar que dejaron de usarse cuando las firmes mesas y mesadas de madera se reemplazron por extructuras de fórmica, de rígido material de simil marmol, cuando no, tambien, piezas de acero inoxidable.

La actividad, como tantas otras con artefactos que daban comodidad al hogar, traían aparejados ciertos usos gimnásticos.

Los exhibidores, dueños del establecimiento, han tenido la precaución de colocarlas a una altura que no es la que correspndía a su funcionalidad, pero si eleja la posibilidad de alguna lesión por uso incorrecto.

¡Que precio tendrá actualmente uno de estos artefactos?

Seguramente será un precio menor a una horma de queso de rallar.







miércoles, 9 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.97. Leña y leñera.

 


En tiempos de la calefacción a leña la obtención de la misma era fundamental para abastecernos en las distintas épocas del año.

Su trozado era una tarea fundamental y a veces cotidiana, aunque en el ámbito urbano hubieron personas que cortaban leña a domicilio alivianando la tarea del vecindario y viviendo de eso.

La carretilla era el complemento necesario para llevar los tacos productos de ese corte. Era generalmente artesanal, construida de tablas. La rueda misma no era neumática.

En un recinto contiguo a la cocina, del lado externo, se iba guardando para que el secado se alcanzara y la leña no ardiera con mucho humo.

Para el caso colocamos este ejemplo de lo rural, en Estancia San Pablo, con Marcial Fermín Gutiérrez como instructor guía de lo que podría ser un museo de sitio.