lunes, 21 de octubre de 2024

LOS PUENTES DE LA MEMORIA.43.“De cómo era el pueblo un lugar para hacerse rico, pero no siempre alcanzaba la vida para mejorar de posición”

 


 Ahora que tanto se habla de la pobreza, queremos recordar que nuestro pueblo fue –como ocurre en todas partes- el protagonista callado de sus hitos más importantes. Se pueden dar desde los orígenes muy pocos nombres importantes de gente que labró una fortuna –enormes  muchas de ellas-, la gran mayoría solamente subsistió en paz en este suelo, llegó a construir una casa, prosperó en un negocito, y  pensó que le daba a su familia un solar propio para vivir.

 

Los pobres de antaño no se caracterizaron por acciones colectivas tendientes a superar su condición social, lo que no daba el trabajo no encontraba otra alternativa. El gremialismo fue temido y evitado, el cooperativismo no superó la frontera de la minga, la política llegó tarde: en época de los territorios nos e ejerció plenamente menos para extranjeros que  constituían el grueso de la clase pobre.

 

Hubo un pobre característico y estacional en nuestro solar austral: el peón golondrina. El producto de sus ganancias una vez cobrado emigraba con él hacia otros lugares donde con lo que aquí se podía vivir unos meses, se podía llegar a vivir el año entero. La situación parece repetirse en estos días de reconversión petrolera.

 

Así como los inmigrantes llegaban a hacerse la América, los que llegaban a la Tierra del Fuego venían primordialmente a hacer fortuna, más que a tener un buen pasar... De allí las privaciones a que tan inexplicablemente muchos de ellos se sometieron. Mi abuelo llegó buscando oro, cuando lo consiguió se fue. Mi padre creyó en el destino del pastor de ovejas, no tuvo más remedio que quedarse hasta la muerte. El pueblo estaba lleno de gente como mi padre que dibujaba felicidad por detrás de tantas cosas que no se dieron, justificándose en logros que se podían haber adquirido también en otra parte.

 

El último programa de Argentina Secreta que se ocupó de Río Grande, al mostrar algunos barrios de la Margen Sur los identificó como barrios pobres; no pasó mucho tiempo cuando ya salió una réplica de los vecinos que se sentían molestos por ese calificativo. Es que en esos barrios la tierra se compra, los servicios se pagan, la solidaridad es indispensable para salir adelante; contraste claro con ciertos sectores de las antípodas de la ciudad –llamémosle Chacra dos- donde no nos atreveríamos a llamarlos tan fácilmente barrios pobres. Aunque su origen y destino sea el de las viviendas FO.NA.VI destinadas a personas de escasos recursos, aquellos que nunca podrían construir una vivienda con sus ingresos.

 

Hoy ser pobre en Tierra del Fuego puede pasar subjetivamente por no poder enfrentar la cuota del viodeocable, por no poder acceder al automóvil que antes se nos prodigaba en planes, por no poder salir de vacaciones, o llamar vacaciones simplemente al regreso temporario al hogar paterno. Hoy ser pobre en Tierra del Fuego puede pasar objetivamente por no tener empleo, por alimentar deficitariamente a los hijos, por carecer de vivienda propia... La salud es probablemente lo que diferencia nuestra pobreza de la de otros puntos del país donde la presencia de una condiciona de inmediato la ausencia de la otra. Pese a todo, hoy hay muchos más pobres que antes.

 

En el Río Grande pastoril la gran mayoría de la población era extranjera, y or ende también la gran mayoría de los pobres. Venían más que urgidos por la fortuna que podían encontrar en nuestro suelo, por la miseria que los expulsaba de su lugar de origen. Los golondrinas y los que finalmente no lo fueron, llegaron muchas veces caminando, eludiendo los controles fronterizos, casi siempre ficticios, que intentaban hacer cumplir con las leyes de la Nación, pero al mismo tiempo no estorbar los intereses económicos que necesitaban el abordaje de tanta mano de obra indispensable para las múltiples tareas rurales.

 

Cuando terminaba la temporada, en las estancias o en el frigorífico, quedaba muy poco por hacer, lo menor, era volverse en el medio más rápido; solo se podían gastar prudentemente algunos de los pesos en el comercio local, en los lugares de diversión, reaprovisionarse en de la ropa destrozada  en la faena, y olvidarse de la fatiga que la juventud y la fortaleza física adquirida podía afrontar.

 

En el pueblo había muy pocas casas, y eran casi todas casas pobres. Los que vivían de rentas no se quedaban en Río Grande, y algunos comerciantes que en su fiebre de ahorro se afanaban por guardar vivían miserablemente hoy, pensando en la prosperidad del mañana. Eran esos comercios los que debían socorrer a los estancieros chicos, en alguna medida estancieros pobres, que surgieron después del 24 en la margen sur del río, como consecuencia de los loteos fiscales.

 

Los obreros del pueblo conseguían no sin mayor dificultad un solar donde construir su mejora, un empleo de jornalero –el día que trabaja se cobra- o bien el servicio que podía corresponder al zapatero, el carpintero, el hombres de siete oficios. Loas comercios adaptaron fisonomías familiares que conservaron durante mucho tiempo, era cuando aquello de atendidos por sus propios dueños representaba calidad y dedicación en la tarea.

 

El pobre en cuestión vivía de pensión. El pobre era hombre, y hombre solo, la mujer propia era objetivo a cumplir a mediano plazo, y para muchos nunca. Llegar a formar familia significaba en la gran mayoría de los casos traer la que ya se tenía –y los hijos cuando los había- desde el lugar de partida, en otros volver con algún capital en el equipaje –y descubrir que no era difícil conseguir una compañera para el resto de sus días... Llegar nuevamente a Río Grande era encontrar un lugar para la patrona, en el campo, salvo en los casos de los matrimonios no se prefería a los peones con familia: aquí por suerte se dieron situaciones de solidaridad que permitía a la hora de levantar una casita propia conseguir la ayuda de las distintas especialidades del círculo de relaciones que muchas veces trabajaba por nada más que por el plato de comida.

 

El mayor desafío para el pobre que lograba una casa era amueblarla. Casi no había comercios que le proporcionaran lo que el necesitaba, y menos a la altura de su presupuesto; de allí como la mesa, las estanterías, el catre y los bancos eran de factura local.

 

Como esencia que llevó a descubrir la condición de proletarios en los pobres, lo característico era el gran número de hijos, garantía de muchas manos que al llegar a la adolescencia serían solidarias con los padres aportando su trabajo al presupuesto doméstico. Entonces la casa se transformaba, cierto lujo sencillo deslumbraba en cortinas y ampliaciones, cosas que hacían más feliz a la mamá y preparaban a las hermanas para recibir a los novios –casi siempre gente de afuera- con lo cual la familia resolvía su objetivo trascendente de la perpetuación del género humano.

 

Hasta que los chicos se habían grandes la vida del pobre era dura e intensa. El hombre debía trabajar, la mujer debía permanecer en casa como eficaz conductora de la economía doméstica; a ella se le permitía cierta industria –más bien ligada a la cocina- o en ciertos casos el lavar para afuera, aunque este era menester de mujeres solas... Los amplios patios  dibujaban con sus cercos de piquetes los dominios para multiplicar los recursos de vida en el gallinero o en la quinta, en el galponcito que a veces era taller, en el espacio para engordar el cerdo o el cordero.

 

Los hijos, tan espontáneos como esperados, ponían en crisis la supervivencia de la pobreza; a veces tenían que nacer en otro lugar, era lo más seguro cuando no se tenía familia aquí, después había que mandarlos a la escuela, y mucho no había por aprender. No obstante ellos las familias pobres se esmeraban a mandar a sus hijos a los colegios de los salesianos donde se esperaba, muchas veces infructuosamente, que salieran con algún oficio o una marcada predisposición al trabajo. Los productos humanos que daban esta relación eran todo lo complejo que puede ser ilustrar a los hijos sin salir de la ignorancia, o del analfabetismo.

 

La recreación de los pobres era escasa y muchas veces vital: recolectar mariscos era todo un acontecimiento que terminaba en el hoyo enorme del curanto, la captura de centollas en los tanques en que se hervía su carne –propia de una mesa de príncipes-; en otras oportunidades los oficios menos calificados de la recolección tenían un tinte más femenino: salir por la huella a cosechar chicoria, buscar en las canaletas del frigorífico las achuras que se tiraban al río, o bien cosas de chicos: los calafates..., los huevos y los pichones por los días de diciembre.

 

Las fiestas y ceremonias eran la iglesia, las patrias, los carnavales que borraban diferencias sociales, las escolares, y las de la vida: nacimientos y bautismos, comuniones y cumpleaños, compromisos y casamientos, velorios... El deporte era el fútbol, en todo momento y en cualquier lugar. La farra llevaba a pensar en que no existían clases sociales.

 

Los pobres que no consiguieron educar a sus hijos a la altura de los jóvenes que vinieron de afuera, comprobaron cuanto espacio perdían estos en la competencia que brindaban en una sociedad en transformación: los que obtuvieron un terreno -tan solo precariamente- tropezaron con los años con enormes dificultades para hacerse de la propiedad del mismo. Los hijos al fin, dejaron de ser pobres, o bien lo fueron pero sin darse cuenta.

 

El gas dio el mayor bienestar a los pobres, y después de él todo fue más fácil en Río Grande. El agua en la canilla de la esquina ya era una gran cosa, el servicio funcionaba en el fondo del terreno; y la luz ,un regalo nacido de la vocación de servicio de Pinola y Martínez- a los que nunca se les retribuyó de buena manera sus desvelos empresarios.

 

La movilidad social que dio el presente permitió a los obres de hoy ser tributarios de los de ayer. Un simple terreno donde crecía la lechuga dio lugar a casillas –palabra antes no usada- y aun flujo de dinero en alquileres que mejoró considerablemente la condición del pobre de ayer, hoy nuevo rentista.

 

Aunque la condición de carenciado –que en realidad sería carente- no fue un valor perdurable en nuestro pueblo; el que ayer reclamaba la bolsa comunitaria, hoy por logros de la democracia –otra forma de fortuna- puede firmar subsidios y revivir –mientras el pobre exista-  el extraño placer de la caridad.

 

Nuestros Rastros en el río han caminado tras las vivencias de nuestros pobres, y lo seguirán haciendo.

EVOCACIONES.21 de Octubre de 1520. Pigafetta registra el descubrimiento del Cabo de las Once Mil Vírgenes.


Este caballero de Rodas, que oficia de cronista de la Expedición de Magallanes, inscribe de esta manera el paso de la armada descubridora por la boca oriental del Estrecho interoceánico.

 

El libro que surgió de la experiencia: PRIMER VIAJE EN TORNO AL GLOBO, dice...

 

Continuando nuestra ruta hacia el Sur, el 21 de octubre, hacia los 52 grados, descubrimos un estrecho que llamamos de las Once Mil Vírgenes por que fue en el día que la iglesia les consagra. Este estrecho, como pudimos enseguida apreciar, tiene cuatrocientas cuarenta millas de largo, o sea ciento diez leguas marítimas de cuatro millas cada una y media legua legua de ancho, poco mas o menos, y desemboca en otro mar, al que llamamos Pacífico.

 

Evidentemente fue escrito después de superada la navegación pionera, y al dar cuenta de la denominación del estrecho, esta coincide con la del cabo orientador: ONCE MIL VIRGENES, un curso de agua que era identificado por sus ancestrales navegantes canoeros como ATELILI...



Imágenes corresponden a la cartografía actual, y una fotografía del faro situado en el lugar.

EL FAMOSO RIO GRANDE.7


Un pueblo que siempre ha andado sobre ruedas. Desde el protagonismo de los carros.

sábado, 19 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.100. Clarita Bridges, y sus pinturas de flores.


 Aquí les estoy mostrando la impresión de una de las pinturas de Clarita Bridges de Goodall, realizadas hace más de cuatro décadas y ornamentando distintos espacios públicos y domésticos, tal vez -en algunos casos- inadvertidamente en su origen.

Ella centro su arte en cuatro especias diferentes: la Phalophlep biflora, la Calceolaria biflora, la Leuceria purpurea, y la Lethrus magallanicus.

Recuerdo aquellos momentos en que gracias a lo por ella publicados muchos comenzamos a prestar atención más detenida sobre las presencias coloridas y fecundas de nuestros bosques y nuestras estepas.

Adjuntamos a este retazo en nuestro museo vitual una relación sobre la vida y obra de la autora, que en la edición que conservamos viene escrita tanto en castellano como en inglés.

Y recuerdo a la vez a don Roberto Reginal Wilson, quien en su exposición privada Kayen fue el encargano de ponernos sobre aviso de esta novedad, como lo venía haciendo con el libro de la nuera: Natalie, o la mentada noveda de Lucas Bridges, reeditada entonces por Marymar, El último confín de la tierra.






miércoles, 16 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.99. Escalera policial

 


Sobre las barrancas de Elcano se podía apreciar entre los años 60 y 70  esta modificación en el terreno construida con el propósito de superar las dificultades de ascenso y descenso a la altura de la calle Rivadavia.

Es que sobre El Cano estaba la comisaría, y había un fluido tránsito peatonal que de no haberse implementado este paso hubiera exigido una enorme vuelta por Py/Ameghino y Belgrano.

Se pude ver que en la primera imagen se ha trabajado a pala modelando la superficie del piso del lugar.


En tanto que en la segunda se han agregado  trabajos con cemento para asegurar la durabilidad del acceso.

Se dice que el mantenimiento de esta mejora quedaba a cargo de algunos contraventores eventuales.

Algunos recuerdan que hubo una baranda de madera.

Yo recuerdo la existencia de una sirena a manija en lo alto, para comunicar algún estado de intrenquilidad pública. Era rojiza, como pintada por antióxido. Allí en algún momento algún chico traviezo iba a hacer sonar la sirena, y luego venía el Pin Raje.

Fue por ello que cambió la manija permanente por otra extraible, que estaba depositada en la guardia, por cualquier eventualidad.



domingo, 13 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.98. Rallaqueso.(Inventario Nostálgico de Río Grande)

 


Otra maquinaria que cumple función ornamenta en el salón del Restaurant LEYMI. En nuestros ámbitos domésticos tenía equivalente más discretos. El queso podía llegar a comparse en horma, pero se iba rallando de acuerdo a las necesidades del momento, sobre todo cuando había una urgencia más mayoritaria de la cotidiana, por ejemplo: Una tallarinada al estilo de los Campanelli.

No encontramos en ella referencias de marca, pero por su conformación podemos inducir que sería Alexander, como la picadora de carne que publicamos en el artículo 93 de nuestro museo.

Si es ampliamente visible el cartel que indica INDUSTRIA ARGENTINA.

Nuestra primera máquina muestra además la pieza de madera que va empujando el queso, que se coloca trozado en la parte superior

y que impide que en la riesgosa tarea se vana dando lastimaduras en la mano.

Somos de pensar que dejaron de usarse cuando las firmes mesas y mesadas de madera se reemplazron por extructuras de fórmica, de rígido material de simil marmol, cuando no, tambien, piezas de acero inoxidable.

La actividad, como tantas otras con artefactos que daban comodidad al hogar, traían aparejados ciertos usos gimnásticos.

Los exhibidores, dueños del establecimiento, han tenido la precaución de colocarlas a una altura que no es la que correspndía a su funcionalidad, pero si eleja la posibilidad de alguna lesión por uso incorrecto.

¡Que precio tendrá actualmente uno de estos artefactos?

Seguramente será un precio menor a una horma de queso de rallar.







miércoles, 9 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.97. Leña y leñera.

 


En tiempos de la calefacción a leña la obtención de la misma era fundamental para abastecernos en las distintas épocas del año.

Su trozado era una tarea fundamental y a veces cotidiana, aunque en el ámbito urbano hubieron personas que cortaban leña a domicilio alivianando la tarea del vecindario y viviendo de eso.

La carretilla era el complemento necesario para llevar los tacos productos de ese corte. Era generalmente artesanal, construida de tablas. La rueda misma no era neumática.

En un recinto contiguo a la cocina, del lado externo, se iba guardando para que el secado se alcanzara y la leña no ardiera con mucho humo.

Para el caso colocamos este ejemplo de lo rural, en Estancia San Pablo, con Marcial Fermín Gutiérrez como instructor guía de lo que podría ser un museo de sitio.




sábado, 5 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.96. LISTER, una marca para la esquila.


 

La pla de bronce, desbruñida por el tiempo, tiene un señorío que guardaban las producciones industriales de hace un siglo, cuando la maquinización del mundo resultaba inevitable.

Desde el MUSEO-RESTO que en Tolhuin levantó Pedro.W Fernández nos llega el cúmulo de imágnes relacionadas con este equipo que resultaba indispensable a la hora de poblar campos con ovejas.


Por un lado quedó para la prehistoria de esta actividad la tijera emblemática para ser sustituida por el sitema de acción motriz, vías y cuchillas que ganó espacios en todo el mundo ovino.


Salir de visita campestre en tiempos en los que se está esquilando es una placer -el placer de ver trabajar a los otros- al que se llega si algún productor te abre las puertas indicándote que la gente tiene que seguir trabajardo, porque todo está cronometrado, y los campeones que ya esquilan a la australiana -con el animal suelto- saben cual es su cuotra del día. Y de un día se pasa a otro día, y a otros, porque la fatigoza tarea no sabe de pausas en una cabalgata laborar que trae a los especialistas de norte a sur, cuando todavía es primavera.

Hay que despojar al lanar de su vestimenta natural, no solo porque se le tiene que dar un destino de comercialización, sino para que no sufra de los calores, pierda peso, y como se viene diciendo últimamente "se estrese".



Y saliendo un poco del tema, o ingresando a los aspectos folklóricos de la actividad, recuerdo situaciones como estas contadas por algún paisano: Una vez se pusieron en una linea a 20 onas y el la otra 20 gringos, y ganaban los onas. O bien una vez se pusieron en una línea 20 chilotes y en la otra 20 argentinos, y ya saben quienes ganaron.



En la muestra tolhuinense también se puedan apreciar las latas que en distintos lugares y momentos contabilizaban los animales esquilados, y así -idividualmente- cada hombre en su trabajo venía a saber cuando sumaría en esa campaña.




RAICES FUEGUINAS Museo Resto - Bar se encuentra en Los ñires 521 en Tolhuin. Atiende de11 a 20, aunque no siempre su concurrencia se va a acostar temprano.


martes, 1 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.95. VITROLA de vidriera. (Inventario nostálgico de Río Grande)


El ‘gramófono’ o también conocido como ‘vitrola’ es un antiguo reproductor de música que funcionaba a cuerda (sin electricidad). Fue toda una novedad a finales del siglo diecinueve.

-El alemán Emile Berliner, nacido en Hannover en 1.851 y fallecido en 1.929, entró a trabajar en los laboratorios de Graham Bell en 1.878. Seis años más tarde, se independiza de Bell e inicia una serie de experimentos en el campo de la acústica. En 1.885 comenzó a trabajar en un nuevo aparato reproductor que no estaba fundamentado en el conocido cilindro edisoniano, sino en una superficie plana y redonda en forma de disco que permitía su grabación a la vez que presentaba unas características materiales más resistentes.

-La labor de Berliner se fue materializando poco a poco y en 1.887 consiguió desarrollar un método de modulación del sonido, trazando lateralmente un surco sobre la superficie del plato. En 1.888, unos días antes de que se formara la entente Edison-Bell, Berliner hizo la primera demostración pública de su aparato, al que de momento no le dió nombre alguno, y poco después pidió la patente de su producto, destinado a la grabación y la reproducción. Consistía en el plato de Edison, lacado y recorrido por una aguja que daba vueltas sobre él; Berliner lo denominó disco. Berliner también inventó y patentó un sistema de producción en serie de copias a partir de un disco original.



En el año 1.900, se produjo un nuevo avance en la técnica discográfica : la grabación por las dos caras, ya que hasta entonces tan sólo se utilizaba una.

La popularidad del Gram-O-Phone o vitrola comenzó a superar la del fonógrafo. Hasta 1910 solían tener una enorme bocina, que resultaba inapropiada para los salones. A partir de esa fecha, las grandes firmas como la Victor, la Columbia y la Decca producían vitrolas de mueble para el salón, y de maletín o portátiles para sus viajes.




Hasta la década de 1920 la vitrola fue el instrumento más popular para la reproducción de música. Sin embargo, la llegada de la radio y otros medios con electricidad en 1925 permitieron el desarrollo de una nueva tecnología, que fue reemplazando a la antigua vitrola.

Encontramos esta vitrola en una vitrina de Río Grande, comercio Wapa. Con los permisos del caso nos acercamos a fotografiarla. Así observamos el disco viendo que era una pieza de Príncipe Kaleder.

¿Pero que sabemos de él, en esta Argentina de Carlos Gardel y Fito Paez?

La red nos llevó camino de las respuestas:

 


Pianista y Compositor Turinés, famoso en todo el mundo, autor de aproximadamente 150 piezas para piano, de talento innato y calidad sublime fue considerado el mayor concertista de Sudamérica.

Nació el 16 de enero de 1902 en la ciudad de Turín, Italia. Desde muy pequeño desarrollo su gusto por la música especialmente el piano, revelando excepcionales dotes de instinto musical, al componer e interpretar llegando a ser considerado por su familia y amigos como el “Pequeño Mozart Turinés”.

Toda su infancia transcurre en la ciudad de Turín, en la casa familiar de la calle Garibaldi 3. Sus padres fueron el artista y pintor Giorgio Boasso y la señora Jacinta Masante. Fue el menor de dos hermanos, se casó en Turín con Amelia Ferrero el 16 de Enero de 1932 y tuvo dos hijos Donatella y Raúl.

 

A los 4 años incursiona en el mundo de la música tomando clases de piano en la casa familiar de la mano de su hermano mayor Lauro, muy joven ingresa al Bachillerato Musical de Turín, bajo la guía de Federigo Bufaletti, diplomándose en piano a los 16 años. Continúa sus estudios por cinco años más en la “Sing Akademie” de Berlín de la mano del gran artista Turinés Ferruccio Busoni.

En el año 1921, a los 18 años, consigue un clamoroso éxito en seis conciertos que realiza en dicha academia, extendiéndose su talento a muchas ciudades del interior de Alemania, tanto como a Paris, Londres y sus alrededores.

Luego de ese gran suceso decide regresar a Turín, donde es recibido con grandes festejos y con un memorable acto realizado frente a las puertas del ayuntamiento de Turín organizado por el asesor de bellas artes Emilio Zanzi.

Frecuentaba los salones literarios donde también concurrían Annie Vivanti, Amalia Guglielminetti, Pitigrilli entre otros y fue el predilecto del príncipe Humberto de Saboya quien llego a decir "la pintura fue Grosso, la escultura Bistolfi y la música Boasso".

En los años 1922 y 1923 dio 65 conciertos en la Argentina, de Buenos Aires pasando a la Habana, en 1925 y 1926 se presentó en los Estados Unidos dando conciertos en distintas ciudades y realizando presentaciones con acompañamiento orquestal y entre 1928 y 1929 se dedicó a recorrer Italia dando comienzo a esta gira con un gran concierto en el Teatro Massimo de Palermo, realizando luego sus presentaciones a bordo de un camión militar equipado con un gran piano especialmente construido por una de las más prestigiosas firmas italianas.


En aquella época uno de sus conciertos lo lleva a tomar contacto con un número de personas condenadas a cadena perpetua en el penal de Augusta, Siracusa donde es llevado para realizar un concierto, esto causo una gran impresión en su personalidad que tiempo después lo llevaría a querer dedicar más tiempo a presentarse en estos lugares y ante tan particular público.

 En el año 1932 contrae matrimonio con una joven proveniente de una familia de buen pasar económico, se realiza entonces en Turín una pomposa ceremonia a la cual asisten todos los miembros más importantes del ambiente y que contó con la presencia de un miembro de la casa real Saboya.

Aun habiendo pasado algunos años la idea de presentarse en las cárceles surge nuevamente ante un pedido de Marcello para realizar un concierto en un penal de Sicilia que le fue negado, por supuesto esta idea significó el rechazo por gran parte de la High Life artística de Turín, fue acusado de extravagancia por querer tocar en las cárceles, fue atacado por los críticos porque comenzaba a mostrar preferencia por la dulzura de Chopin y comenzaba a dejar de lado la impetuosidad que le fuera inculcada por su viejo maestro, improvisaba sobre los temas clásicos con excesivo personalismo, por esto, fue envidiado y a veces injustamente denigrado por la gente del ambiente musical turinés. Marcello que había estado de gira por Sudamérica decide finalmente cruzar el océano y radicarse en Argentina a pesar de la gran tristeza que significo para el abandonar su patria natal.



 Establece su vivienda familiar en el barrio de Nuñez. Vive modestamente de su profesión. En 1956 se separa de su esposa y establece su residencia en el barrio Ciudad Jardín en la localidad de El Palomar.

 

Es allí donde fallece el 17 de febrero de 1960, a raíz de un infarto cardíaco.