martes, 1 de octubre de 2024

MUSEO VIRTUAL FUEGUINO.95. VITROLA de vidriera. (Inventario nostálgico de Río Grande)


El ‘gramófono’ o también conocido como ‘vitrola’ es un antiguo reproductor de música que funcionaba a cuerda (sin electricidad). Fue toda una novedad a finales del siglo diecinueve.

-El alemán Emile Berliner, nacido en Hannover en 1.851 y fallecido en 1.929, entró a trabajar en los laboratorios de Graham Bell en 1.878. Seis años más tarde, se independiza de Bell e inicia una serie de experimentos en el campo de la acústica. En 1.885 comenzó a trabajar en un nuevo aparato reproductor que no estaba fundamentado en el conocido cilindro edisoniano, sino en una superficie plana y redonda en forma de disco que permitía su grabación a la vez que presentaba unas características materiales más resistentes.

-La labor de Berliner se fue materializando poco a poco y en 1.887 consiguió desarrollar un método de modulación del sonido, trazando lateralmente un surco sobre la superficie del plato. En 1.888, unos días antes de que se formara la entente Edison-Bell, Berliner hizo la primera demostración pública de su aparato, al que de momento no le dió nombre alguno, y poco después pidió la patente de su producto, destinado a la grabación y la reproducción. Consistía en el plato de Edison, lacado y recorrido por una aguja que daba vueltas sobre él; Berliner lo denominó disco. Berliner también inventó y patentó un sistema de producción en serie de copias a partir de un disco original.



En el año 1.900, se produjo un nuevo avance en la técnica discográfica : la grabación por las dos caras, ya que hasta entonces tan sólo se utilizaba una.

La popularidad del Gram-O-Phone o vitrola comenzó a superar la del fonógrafo. Hasta 1910 solían tener una enorme bocina, que resultaba inapropiada para los salones. A partir de esa fecha, las grandes firmas como la Victor, la Columbia y la Decca producían vitrolas de mueble para el salón, y de maletín o portátiles para sus viajes.




Hasta la década de 1920 la vitrola fue el instrumento más popular para la reproducción de música. Sin embargo, la llegada de la radio y otros medios con electricidad en 1925 permitieron el desarrollo de una nueva tecnología, que fue reemplazando a la antigua vitrola.

Encontramos esta vitrola en una vitrina de Río Grande, comercio Wapa. Con los permisos del caso nos acercamos a fotografiarla. Así observamos el disco viendo que era una pieza de Príncipe Kaleder.

¿Pero que sabemos de él, en esta Argentina de Carlos Gardel y Fito Paez?

La red nos llevó camino de las respuestas:

 


Pianista y Compositor Turinés, famoso en todo el mundo, autor de aproximadamente 150 piezas para piano, de talento innato y calidad sublime fue considerado el mayor concertista de Sudamérica.

Nació el 16 de enero de 1902 en la ciudad de Turín, Italia. Desde muy pequeño desarrollo su gusto por la música especialmente el piano, revelando excepcionales dotes de instinto musical, al componer e interpretar llegando a ser considerado por su familia y amigos como el “Pequeño Mozart Turinés”.

Toda su infancia transcurre en la ciudad de Turín, en la casa familiar de la calle Garibaldi 3. Sus padres fueron el artista y pintor Giorgio Boasso y la señora Jacinta Masante. Fue el menor de dos hermanos, se casó en Turín con Amelia Ferrero el 16 de Enero de 1932 y tuvo dos hijos Donatella y Raúl.

 

A los 4 años incursiona en el mundo de la música tomando clases de piano en la casa familiar de la mano de su hermano mayor Lauro, muy joven ingresa al Bachillerato Musical de Turín, bajo la guía de Federigo Bufaletti, diplomándose en piano a los 16 años. Continúa sus estudios por cinco años más en la “Sing Akademie” de Berlín de la mano del gran artista Turinés Ferruccio Busoni.

En el año 1921, a los 18 años, consigue un clamoroso éxito en seis conciertos que realiza en dicha academia, extendiéndose su talento a muchas ciudades del interior de Alemania, tanto como a Paris, Londres y sus alrededores.

Luego de ese gran suceso decide regresar a Turín, donde es recibido con grandes festejos y con un memorable acto realizado frente a las puertas del ayuntamiento de Turín organizado por el asesor de bellas artes Emilio Zanzi.

Frecuentaba los salones literarios donde también concurrían Annie Vivanti, Amalia Guglielminetti, Pitigrilli entre otros y fue el predilecto del príncipe Humberto de Saboya quien llego a decir "la pintura fue Grosso, la escultura Bistolfi y la música Boasso".

En los años 1922 y 1923 dio 65 conciertos en la Argentina, de Buenos Aires pasando a la Habana, en 1925 y 1926 se presentó en los Estados Unidos dando conciertos en distintas ciudades y realizando presentaciones con acompañamiento orquestal y entre 1928 y 1929 se dedicó a recorrer Italia dando comienzo a esta gira con un gran concierto en el Teatro Massimo de Palermo, realizando luego sus presentaciones a bordo de un camión militar equipado con un gran piano especialmente construido por una de las más prestigiosas firmas italianas.


En aquella época uno de sus conciertos lo lleva a tomar contacto con un número de personas condenadas a cadena perpetua en el penal de Augusta, Siracusa donde es llevado para realizar un concierto, esto causo una gran impresión en su personalidad que tiempo después lo llevaría a querer dedicar más tiempo a presentarse en estos lugares y ante tan particular público.

 En el año 1932 contrae matrimonio con una joven proveniente de una familia de buen pasar económico, se realiza entonces en Turín una pomposa ceremonia a la cual asisten todos los miembros más importantes del ambiente y que contó con la presencia de un miembro de la casa real Saboya.

Aun habiendo pasado algunos años la idea de presentarse en las cárceles surge nuevamente ante un pedido de Marcello para realizar un concierto en un penal de Sicilia que le fue negado, por supuesto esta idea significó el rechazo por gran parte de la High Life artística de Turín, fue acusado de extravagancia por querer tocar en las cárceles, fue atacado por los críticos porque comenzaba a mostrar preferencia por la dulzura de Chopin y comenzaba a dejar de lado la impetuosidad que le fuera inculcada por su viejo maestro, improvisaba sobre los temas clásicos con excesivo personalismo, por esto, fue envidiado y a veces injustamente denigrado por la gente del ambiente musical turinés. Marcello que había estado de gira por Sudamérica decide finalmente cruzar el océano y radicarse en Argentina a pesar de la gran tristeza que significo para el abandonar su patria natal.



 Establece su vivienda familiar en el barrio de Nuñez. Vive modestamente de su profesión. En 1956 se separa de su esposa y establece su residencia en el barrio Ciudad Jardín en la localidad de El Palomar.

 

Es allí donde fallece el 17 de febrero de 1960, a raíz de un infarto cardíaco.

 

 

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