lunes, 31 de octubre de 2011

010. Jeringa de vidrio para inyecciones.

Artefacto de uso clinico perteneciente a Luís Buenaventura Cajal, Chopín 242, Lomas de Zamora.
Cajal se desempeñó a lo largo de su vida en el Instituto Malbrán. Instituto Nacional de Microbiología, en áreas importantísimas como brucelosis, peste, HIV, entre otras.
Esta jeringa de cristal era conservada por él, de la manera en la cual se usaba en su tiempo, en un tubo de ensayo, con una cobertura de papel atada con hilo. Situación en la cual era transportada luego del debido proceso de esterilización.
Internamente se puede ver con la aguja. Y también un algodón.
Fue imposible extraer el émbolo, dado que el mismo con el tiempo permanece adherido al cuerpo de la jeringa.

Detalles técnicos:

Marca M-D YALE. Becton, Dickson & Co. Made in U.S.A. Aguja sin marca, tubo de ensayo idem, tal vez fabricado en el Instituto.
Capacidad 20 cc. Punta de metal.

Historia de la jeringa hipodérmica.

De una investigación de Conti González Baez, extraemos el siguiente informe:

Desde la Antigüedad se pensó en evitar el dolor, introduciendo sustancias en el interior del organismo a través de la piel y directamente en los músculos o la sangre.

Los griegos inventaron un instrumento rudimentario, una vejiga con una caña, que hacia finales del Siglo XV se transformó en las famosas lavativas.

Los primeros intentos de usar algo similar a una jeringuilla se realizaron en el Siglo XVII, cuando se intentó inocular medicamentos analgésicos justo en el lugar afectado por el dolor.

A principios del siglo XIX se descubrió la morfina, sustancia que fue recibida con gran entusiasmo, siendo considerada “el medicamento más notable descubierto por el hombre”.

En 1836, el médico francés Lafargue introdujo morfina bajo la piel, mediante el empleo de una lanceta que forzó en posición casi horizontal. Ocho años más tarde, el médico irlandés Frances Rynd introdujo el uso de una aguja metálica para calmar el dolor de una paciente con neuralgia del trigémino.

El objetivo se consiguió definitivamente a mediados del siglo XIX. Alexander Wood, Secretario del Real Colegio de Médicos de Edimburgo, en el Reino Unido, había estado experimentando con una aguja hueca para la administración de drogas en la corriente sanguínea y en 1853 inventó la jeringa hipodérmica.

Su invento le permitió inyectarle morfina a su esposa, que padecía un cáncer incurable. La Sra. Wood fue la primera persona en recibir la droga por esa vía, pero también la primera en adquirir el “hábito de la aguja”.

El buen Dr. Wood obtuvo el aplauso del mundo entero por su invención, pero pagó caro su descubrimiento. Tristemente, su esposa murió por una sobredosis de morfina.

Por las mismas fechas, el cirujano Charles Gabriel Pravaz de Lyon, Francia, diseñó una jeringa hipodérmica similar, precursora de las actuales. La dosificación se conseguía dando vueltas al eje de un pistón. Pronto se popularizó el uso de la “Jeringa Pravaz” en diversas cirugías.

El inglés Williams Fergusson simplificó la jeringa y el fabricante Luer la industrializó. Muchas dificultades que habían enfrentado quienes experimentaban con transfusiones de sangre desaparecieron con la invención de la jeringa hipodérmica, con su afilada aguja hueca.

El invento propició el uso indiscriminado de la morfina como un remedio contra todo tipo de dolores. La trágica muerte de la Sra. Wood como consecuencia de su adicción debió haber sido una advertencia para los médicos, pero no sucedió así.

Sin ninguna base científica, afirmaban que si administraban la morfina por vía oral, se originaban trastornos porque no sabían con exactitud qué dosis dar. En cambio, si lo hacían a través de la fina agujita del Dr. Wood, sabían exactamente cuánta inyectar, los resultados eran más rápidos y no producía hábito.

Con la bendición de los médicos, la morfina se introdujo en las venas de todo paciente que sufría de gota, reumatismo o hasta dolor de muelas.

Como analgésico insuperable, fue empleada masivamente para aliviar el sufrimiento de los heridos en la Guerra Civil de los Estados Unidos, pero muchos combatientes regresaron a sus hogares adictos a la morfina. Se calcula que esta contienda creó más de un millón y medio de morfinómanos.

Para ahorrarse largos viajes, algunos médicos despreocupados aconsejaban a sus pacientes que consiguieran una jeringa hipodérmica para ponerse ellos mismos las inyecciones de morfina.

La guerra Franco-Prusiana de 1870 creó una situación idéntica en Europa. La “enfermedad del soldado" se disparó y la Medicina se encontró con el problema de desintoxicar a millones de adictos.

Esto era algo que los brillantes químicos y médicos no habían previsto: la morfina era un arma de dos filos. Muchos siglos antes, en la vieja China ya se había escrito con terrible claridad: "si bien sus efectos son rápidos, debe usarse con mucho cuidado porque mata como un cuchillo".

Químicamente hablando, debería llamarse diacetilmorfina. Pero el nombre era demasiado complicado y llamó a esta heroica droga, “heroína”.

Ningún medicamento fue recibido con más entusiasmo que la heroína, hasta que se comprobó que podía crear un hábito aún más infernal que el de la morfina.

Estas duras lecciones enseñaron a los hombres de ciencia y a los médicos la regla número uno para la investigación de nuevos medicamentos: "Nunca se administrará a un paciente droga alguna que sea más peligrosa que la enfermedad que padece".

Por otro lado, los legisladores tomaron nota de cómo dos sustancias consideradas milagrosas se convirtieron en una pesadilla y a principios del Siglo XX aparecieron leyes controlando la producción de narcóticos, para proteger a la población de sus peligros.

Volviendo a la historia de las jeringas, durante el siglo pasado hubo importantes mejoras. Benjamin A. Rubin inventó la aguja de vacunación, una versión refinada de la aguja convencional.

La historia cambió definitivamente cuando el estadounidense Arthur Smith patentó una jeringa desechable en 1950.

Terminaban de esta manera los riesgos dados por uns esterilización deficiente.


martes, 20 de septiembre de 2011

09. Radio receptor TONOMAC Súper Platino.


Esta radio que hizo época luce en la vidriera de Rivadavia y Rosales desde hace algunas semanas.

Allí fue llevada por su dueño Osvaldo Decaneo quien la adquirió cerca de 1978.

Artefacto de fabricación nacional originado en TONOMAC S.R.L. con doble sistema de alimentación: Electricidad o cuatro pilas de 1.5 (pilas grandes) 220 vca 50 G2/6vac.

Su dial ofrecía recepción en FM, Onda Larga, y Onda corta. +

Habiéndola adquirido en Río Grande tuvo que esperar hasta fines de 1980 para poder decepcionar la señal casi exclusivamente musical de Radio Nacional: 88.1.

La Onda Larga, pensada en el gran público porteño, apuntaba en forma impresa la ubicación aproximada de 18 señales, iniciándose con la uruguaya Radio Colonia.

La Onda Corta presentaba cuatro bandas, de 19, 25, 39 y 49 metros.

Originalmente tenía una antena telescópica que ya se ha roto, en ella Decaneo conectaba un cable de cobre hasta la cañería del agua, optimizando la recepción de Onda Corta. Al dorso estaba la salida de cable a tierra.

Al frente presenta un botón de encendido, y tres perillas: tono, volumen y sintonía.

Fue adquirida en la Asociación Mutual del Personal de YPF, que por entonces bajo la gerencia de Ulises Faletti funcionaba al cuatrocientos de la calle Perito Moreno.

Osvaldo recuerda la sintonía internacional que le permitía entre las 22 y las 23.30 hs. tener buena recepción de varias emisoras lejanas: la radio de China, BBC, Bon Aire –de las Antillas Holandesas-, y la señal de Radio Moscú que a cierta hora tomaba el nombre de Radio Magallanes, con un mensaje dirigido a Chile, distanciado diplomáticamente de la URSS luego de la caída del gobierno de la Unidad Popular, su slogan era “la radio que el fascismo no pudo acallar”.

En Mercado Libre la ofrecen a $ 25000 o 6 cuotas de $ 50.

Maldita TONOMAC.

En el www.ideasperonistas.com.ar encontramos un escrito vivenciado bajo un título que en esta entrega es para nosotros el subtítulo precedente.

Nos sitúa en una situación vivencial cercana, ocurrió en Río Gallegos, en un tiempo en que una buena recepción radial estaba garantizada por este artefacto:

Malvinas cada tanto duele, en especial por las mañanas. En particular si esas mañanas destellan escarchas antigravitacionales… de esas que no entendés como carajo penden de la nada misma. En especial si el sol aún no asoma sus rayos, lo cual en esta época sucede casi llegado el mediodía, eso si acaso no esta nublado.

Los recuerdos que vienen a mi mente son difusos, tal vez sean las ganas de olvidar ciertos episodios, quizás solo sea el paso de los años… pero están, y cada tanto vuelven.

Aquella madrugada del 2 de Abril comenzó como casi todas las mañanas en familia. Mi vieja solía levantarme tipo 6:30, eso me daba tiempo suficiente para prepararme y esperar el colectivo escolar. El recorrido era corto, pero las calles se tornaban imposibles con el hielo. La verdad hinchaba un poco las pelotas levantarse con ese frío, ¡me cago en Sarmiento!… como se nota que no vivió en Río Gallegos.

Esa mañana fue distinta, algo provocó que nos despertemos mucho más temprano.

Nuestra casa era pequeña, una de esas casas FONAVI que apuntaban al hacinamiento más que a la comodidad, una más en un barrio obrero. Calculo que Le Corbusier hubiera muerto del espanto, pero allí se desarrollaron algunos de los mejores años de mi vida.

El Barrio era y es conocido como el 366, curiosa costumbres de identificar por la cantidad de viviendas. Hubo así un 499, un 400 departamentos, un 40 viviendas y la lista sigue. En si, un símbolo más del desarraigo que se hace carne en la inmensidad de la Patagonia Sur.

Fue una puteada de mi viejo la que atravesó las delgadas paredes, y de fondo una suerte de marcha que jamás había escuchado hasta ese día.

Tras su manto de neblinas distorsionaba frecuencias en la vieja Tonomac.

Mi viejo salio casi corriendo esa mañana, el camino era largo, llegar a cualquier campamento de YPF era una travesía. Ripio, nieve, viento, camionetas flojas de papeles y amortiguadores… y nadie hablaba de stress por aquellos tiempos. En realidad, se hablaba poco por aquel entonces.

Yo estaba en 4º, el famoso 4º B., famosos por quilomberos y llevar revistas del sindicato a clase. Debo reconocer que era algo casi suicida, pero yo las llevaba igual.

Cuando entre al Colegio esa mañana – el Glorioso Salesiano de Río Gallegos - todo era un hervidero. Los hijos de militares, nuestros compañeros y amigos del cole, traían más noticias. Debo reconocer que esa mañana me entere de la existencia de Malvinas. Para que voy a mentir, es así.

¡Tomamos Malvinas!

Dijo el Patón Silva, uno de los mejores jugadores de chupi* que conocí en mi vida. El no era hijo de milicos, pero tranquilamente podría haberlo sido. Todos eran hijos de militares.

*El tipico juego de figus, que consiste en dar vuelta las mismas golpeandolas con la palma de la mano.

El relato sigue, pero el protagonismo de TONOMAC sirvió para titular los recuerdos de un chico de 9 años. ¿No habrán otros recuerdos TONOMAC en gente de distintas edades?


YO TAMBIEN TUVE UNA TONOMAC.

Se compró cuando entre a trabajar en LRA 24, y era un modelo anterior a este. La prestamos a una matrimonio amigo cuando en casa entre un centro musical HITACHI. Ellos la tuvieron hasta que se divorciaron. En el reparto de bienes pasó a ser patrimonio de la señora, ella la sigue escuchando en su cocina, donde solo se sintonizan aemes.

lunes, 1 de agosto de 2011

08.SIMON



Juego electrónico propiedad de Silvia Cabrera, funciona con cuatro pilas grandes.
Hay que seguir una secuencia de luces, se prende la amarilla y el jugador debe apretar ese color, sigue después la amarilla y la roja, sigue el jugador, y así sucesivamente, incrementando la velocidad. En este juego se pueden elegir diferentes juegos y velocidades. Hay una selección aleatoria en el juego que genera estímulos visuales y auditivos.

Según ella recuerda fue adquirido para ser el principal regalo el día 7 de mayo de 1980, regalo de cumpleaños. Según lo compró su padre de agrandado, como vio que tenía muchas luces y pensó que era difícil de seguir.
Mi papa, creo que lo compro mas para él que para mi –dice nuestra amiga- , ya que quedo en mi casa yo lo recupere en el 2000 y durante todos esos años se que el jugo con los nietos de su esposa”.
Y el aparato nos desafía después de 30 años. u precio fue de 3,50 pesos argentinos, esta el valor en la caja, tenia la costumbre de poner fecha y costo
El Simon fue creado por el llamado ”padre de los videojuegos” Ralp Baer en 1978. Tuvo un gran éxito durante la década siguiente.Tiene forma de disco, en una de sus caras se puede ver cuatro cuadrantes, cada uno con un color: verde, rojo, azul y amarillo en su versión original. Su nombre se debe por el conocido juego tradicional del mismo nombre: Simón dice*, de donde se inspira.
Actualmente se puede jugar al Simon por Internet, pero no tiene la misma emotividad que el que aquí recordamos.
*Simón dice es un juego para tres o más personas. Uno de los participantes es el que dirige la acción. Los otros deben hacer lo que Simón dice. El truco está en la frase mágica que es "Simón dice". Si Simón dice "Simón dice salta", los jugadores deben saltar o quedan eliminados. Si Simón dice simplemente "salta", no deben saltar o quedarán eliminados igualmente. En general, es el espíritu del mandato lo que importa, no las acciones; si Simón dice "Simón dice que toques la punta del pie", el jugador debe demostrar solamente que está intentando tocar sus dedos del pie. Lo que se pone en juego es la capacidad distinguir entre las peticiones válidas e inválidas, más que demostrar la capacidad física de hacerlo. Es tarea de Simón intentar conseguir que cada uno quede fuera lo más rápidamente posible, y es trabajo de cada uno permanecer 'dentro' tanto tiempo como sea posible. El último de los seguidores de Simón en mantenerse gana. Los participantes suelen ser niños, y no siempre el juego termina en el final.


martes, 26 de julio de 2011

07.- DEMOCRACIA, facsímil del diario del 27 de julio de 1952

Ejemplar correspondiente al dìa domingo 27 de julio de 1952, fecha siguiente al fallecimiento de Maria Eva Duarte de Perón. Edición tamaño sábana que en su lema tenía la frase de Perón: Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. Con el número 2327 lleva un precio de 40 centavos, en su séptimo año de vida.

En sus grandes títulos de tapa no se alude a la muerte más que en un sentido elíptico:

Llora el pueblo su mas grande dolor ¡EVITA! Martir del Trabajo, Ha Entrado en la Inmortalidad.
SU TRANSITO SE PRODUJO A LAS 20.25.
En Trabajo y Previsión se Velarán los Restos!
¡Todas las Lágrimas Son Pocas para Llorarla!
"MIL VECES LO HUBIERA HECHO..." En DEMOCRACIA del 1ro de septiembre de 1951".

Al pie de página se expresará.
Usted tiene en sus manos la reproducción completa de un diario que es histórico. Se trata del ejemplar de "Democracia" del domingo 27 de julio de 1952, dedicado integramente a la muerte de Eva Perón. Es un material de un valor imposible de calcular, un privilegio que hoy llega a los hogares de nuestros lectores. Para leer, recordar, emocionarse y grardarlo para siempre... El sábado 26 de julio de 1952 fue el día más triste de la historia en la Argentina. La gente caminaba sin rumbo por las calles. Chicos y grandes, mujeres y hombres lloraban sin consuelo en sus casas, en esquinas concurridas en bares llenos de silencio e impotencia. O simplemente solos, en cualquier punto de la ciudad en el que los hubiera encontrado la infausta noticia. Todo el país era un llanto ininterrumpido que no se podìa mitigar. Habìa muerto Evita... Ninguna otra actividad humana logró que la gente se abrazara, aun con desconocidos, y lloraara con tanta angustia. la muerte de Eva Perón produjo una magia única de fraternidad en el pueblo argentino. Ni el fallecimiento de un ser querido podía haber producido esa química tan pero tan espeical que unió a miles de familiares y a miles de desonocidos en un abraso de desconsuelo. El fallecimiento de la "Abanderada de los humiles" generò ese sentimiento espontàneo de necesitar a alguien para refugiarse, apra compartir el dolor, para expulsar su angustia aunque sea por unos breves instntes. Aquel lejano sábado se convirtió entonces en el día más treiste en la vida de millones de argentinos. Y quedó establecido como una referencia històrica para comparar la congoja popular que producen determinados eventos. Asì se suele poner como ejemplos de aflicciòn unànime la muerte de Carlos Gardel, el dìa del doping positivo de Maradona en el Mundial de los Estados Unidos, el sàbado que se accidentò fatalmente Rodrigo (curiosamente, un 24 de junio, el mismo dìa que desapareciò el Sorzal criollo)... Todas esas jornadas -inolvidables por lo tràgido- se comparan pero de ninguan manera igualan la sensaciòn de pesadumbre que sufrieron los argentinos el 26 de julio de 1952. "Parecìa como si todos los habitantes de este suelo hubierna perdido un hijo ese dìa", relatò un periodista en una de las crónicas de la época. Había muerto Evita. Nada más y nada menos. El pueblo lloraba porque sabía que perdía para siempre a una lider inconmensurable. A una mujer que estaba dispuesta a soportar cualquier cosa para defender a los que menos tenían. La protecotra de los desposeídos, el ángel de la guarda de milones de argentinos, desaparecía para siempre. El dolor apretaba las vísceras de su pueblo. No se podia encontrar resignaciòn. Habìa muerto Evita. El pueblo se quedaba sin su gloriosa defensora. La heronìan ad elos humildes caìa vìctiam del maldito càncer que la venìa devastando sin piedad. Todo un pueblo habìa quedado huèrfano. Por eso tanta làgrima y tanta tristeza. Por eso, aquel 26 de julio de 1952 fue el dìa màs triste de la historia argentina. Todo ese sufrimiento natural e inevitable, todo ese sufrimiento ùnico e històrico fue el mejor màs espontàneo homenaje de su pueblo. Y quedó marcado a fuego en la historia.

Al recibir este ejemplar, que resultó ser una copia, de parte de su dueño Ricardo Bischof, me llamò la atención la sucesión de imágenes de Evita a todo pie de página: Evita la muy joven y de cabello suelto. la que fue emblema de la Tendencia en los años 70. Junto a una fraseología partidaria, y falta de toda publicidad.
En la página dos se decía:
Tocados en sus fibras más íntimas, los gremios adhieren al duelo. EVA PERON VIVIRA SIEMPRE EN EL ALMA DE LOS TRABAJADORES. Un emocionado Mensaje del Titular de la C.G.T. Los trabajadores no vendrán a la capital. La subsecretaría de Informaciones Evocó la Magnitud de su Obra Social. El Paro en los diarios. Expresan su Dolor en Sentidos Comunidados.. En forma unánime observóse en todo el país el paro de las actividades. De rodillas Frente a la Residencia. Presencia del periodismo. Y fue ella.Y contiene a la vez tres fotos nocturnas.

En tanto que en la página tres se destaca:
LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACION ADHIRIERON AL DUELO POPULAR. EL PODER EJECUTIVO DECRETO DUELO NACIONAL POR DOS DIAS. Luto oficial por un mes- Todos los Generales han de asistir al velatorio. Sábado de Angustia. Nuestro Dolor, Dolor de Pueblo.

Página cuatro:
Días Estelares de la Jefa Espiritual de la Nacióln. PERFECCIONO EL CIVISMO ARGENTINO. ELLA CONQUISTO EL VOTO FEMENINO. Dignificó la Condición de la Mujer en la Ciudadanía. En la Misma Secretaría del Coronel Perón Luchó Evita por la Dicha de los Humildes. Humildes Violetas. ¡Ver a la Señora!

sábado, 23 de julio de 2011

06. GORRA DE FAJINA

Gorra de uniforme de un marinero conscripto de la Fragata Sarmiento, en sus travesías por el mundo entre 1904 y 1905.

El mismo se llamaba Genaro Jiménez, y la gorra es atesorada por Carlos Torres Carbonell en Río Grande, en una vitrina privilegiada en un rincón de su casa..

Esta indumentaria se ve acompañada un por postal del año 1904, misiva que dirigiera el marinero a su madre vestido en traje de gala. Es de señalarse que3 durante su servicio militar pudo dar dos vueltas al mundo, singular privilegio.

La imagen en sepia y tiempo permite apreciar que esta otra gorra estaba destinada a un uso ceremonial, no de trabajo, como la primera que exhibimos más arriba.

También es destacable la juventud de marinero incorporado en aquellas primeras conscripciones argentinas.

Dice Carlos sobre este recuerdo:”En el reverso creo que es claro el mensaje, pero por las dudas te lo transcribo “5ª viaje de la Fragata Sarmiento - A su inolvidable mamá su hijo Genaro Giménez - New York, Junio 15 de 1904”.

Algunas referencias a la Fragata “Presidente Sarmiento".

Buque escuela adquirido en Inglaterra en 1896 cubriendo en su historial –hasta 1938- 36 viajes de instrucción

Los derroteros de 1904 han sido descriptos por Pablo E. Arguindegui, en el tomo V, de sus APUNTES SOBRE LOS BUQUES DE LA ARMADA ARGENTINA, donde dice:

Quinto viaje. Del 7 de abril de 1904 al 27 de diciembre del mismo año.

Comandante: Capitán de Fragata Don Vicente Montes.

2do Comandante. Teniente de Navío Don Tomás Zurueta.

21 oficiales, 2 profesores civiles, 20 cadetes y 285 tripulantes.

El itinerario fue: Río de Janeiro. Nueva York –allí se tomó la foto- Wilhenshaven, Amberes, Brest, Santa Cruz de Tenerife, Georgetown, Trinidad, Puerto Cook, Isla de Año Nuevo, Lenoz, Tequenica. Ushuaia, Ballena, Cornero, Borja, Tamar, Bahìa Sholl, Butler, Punta Arenas; Gallegos, Santa Cruz, Oso Marino; Tova, Camarones, Santa Elena, Isla Escondida, Madryn, San José, San Antonio, Bahía Blanca, Buenos Aires.

Con lo que el abuelo de Carlos ha de ser el primero de la familia que llego a nuestra Isla Grande.

En total en esta navegación se recorrieron 21.807 millas.

Hubo un viaje anterior el mismo año, y otro que se inició el año siguiente, formando tal de esa experiencia doble que tuvo aquel conscripto que llegamos a recordar.

martes, 28 de junio de 2011

005. Calentador de velas.

Artefacto metálico de fabricación nacional, instalado en el comercio situado en la intersección de Tomás Espora y Carlos Moyano, de marca ilegible, con data histórica cercana a la instalación del servicio de gas por redes en la localidad de Río Grande.

En otro tiempo el comercio registrado a nombre de Belarmino Caicheo funcionó como Bar y Churrasquería, abandonando este rubro para mantenerse como bar tradicional el que continúa recibiendo a sus parroquianos por las mañanas con el tradicional servicio de bebidas al copeo. Lo atiende Ercilia de Caicheo –Doña Chila- afirmando que el amplio local es calefaccionado perfectamente aun en tiempo invernal, pese a estar el recinto sumamente vidriado, y ser de cielorraso alto.

Y doña Chila siempre nos ve pasar desde la ventana de La Querencia subsiste, que al comienzo de lo que era “La calle de la alegría”.

El gas natural en el norte fueguino.

El gas, descubierto el 17 de junio de 1949 en la surgencia del TF-1, pozo explorado por YPF en las inmediaciones del Río Chico, nueve años después vino a ser colector del fluido de cambio la precariedad de muchos hogares, por un recurso eficiente y económico.

Sobre el particular invitamos a una lectura de un fragmento de “50 años de Petróleo en Tierra del Fuego”, que escribiéramos junto a Néstor Ortiz.

Abril 30. A un año de la visita del Almirante Rojas Río Grande ve inaugurada su obra de gas natural. La entrega simbólica la realizó el Ingeniero de Gas del Estado Luis Becerra, en tanto que el Jefe de Policía territorial –Carlos Fontana- representó al gobierno y abrió la llave del suministro. El acto tuvo lugar en la intersección de San Martín con la Quinta Nro. 5, y luego del mismo los concurrentes se trasladaron a la Municipalidad donde el Comisionado René Piñero montó una exposición de cocinas y estufas de Gas, las cuales se encuentran a la vista de publico por varios días. Al día siguiente el gobierno de la Revolución Argentina entrega el mando a Arturo Frondizi.

Franca Susic escribe en “A hacha cuña y golpe”, sus impresiones sobre este momento de cambio: “La instalación fue hecha por anotación de la gente. La empresa pasaba y decía si uno quería tener gas. ¡Yo me acuerdo que fui la 37! ¡Y después se fueron acoplando todos!. El confort dejaba a las amas de casa sin la dura gimnasia de picar leña, un insumo que resultaba cada vez más caro y lejano”.

“¿Se anima a ir a Tierra del Fuego? -le dijeron en Cañadón Seco a Jesús Medina, y el nombre le quedó gustando- había que ir un par de meses y después si salía el trabajo un tiempo más. Y así fue que la empresa CIME, Compañía de Instalaciones Mecánicas y Eléctricas, agarró la licitación para hacer el gasoducto, 19 kilómetros por arriba de la Misión, y toda la red del pueblo que no serían mas de dos mil personas. “Yo me figuraba otra cosa, Tierra del Fuego, no sabía que fuera a ser tan lindo. Porque lo primero que conocimos fue la estancia del Sr. Piñero, La Criolla, a donde nos llevó el gentilmente en su condición de jefe comunal. Y además porque se hizo un arreglo porque íbamos a buscar rajones de leña hasta allí”.

“El gasoducto se terminó y se dejó la conexión preparada en el TF-1. Arrancamos del pueblo, pasamos unas cuantas peripecias, porque no se creyó que el terreno fuera accidentado. Las vegas. Pero con máquinas y trabajo de los hombres se llegó. Y después se continuó por el pueblo con las líneas extensivas. Y nosotros llegábamos a las puertas de la gente, golpeábamos, y preguntábamos si estaban usando leña o carbón. Y la mayoría de las señoras decían, no, no, nosotros no vamos a usar nunca gas, no lo ponga, ¡no!. Y pensar que con el tiempo, vio que era una cosa hermosa, tan cómodo. Decían que no, que era peligroso, que no era como la leña que uno lo está cuidando”.

“Al principio la conexión era en directa, pero después llegaron válvulas de seguridad. La gente temía que se apagara mientras dormían, y que si volvía el servicio se podrían asfixiar”.

Medina seguiría radicado en Río Grande, trabajando en Gas del Estado hasta jubilarse.

“Algún diario traía noticias de explosiones, pero eran de garrafa. En muy poco tiempo el pueblo comenzó a reclamar el gas.”

El artefacto que todavía funciona.

Doña Chila trata de hacer memoria sobre donde se compró el calentador, y quien instaló el gas en su casa y comercio; tal vez los recuerdos vuelvan pronto.

Por ahora nos ha dicho que se habían roto las velas, pero que un nieto las encargó a Buenos Aires y así pudieron reponerlas. Ahora el calentador esta preparado para otro invierno, gasifica bien e irradia mejor.

Un trozo de alambre sujeta el artefacto al caño, no faltó el distraído que en algún momento se lo llevó por delante, pero sigue andando: y al estilo argentino ¡atado con alambre!

martes, 14 de junio de 2011

004. Mortero de piedra.

Su propietario -Raùl Domínguez (*)- , lo atesora en su casa de la calle Ramón Sosa junto a otros objeto de corte museístico.

Y le da una alta significación puesto que el mortero, para la gente de su profesión, es ícono de las llamadas recetas magistrales, sustancia alquímica del oficio.

“Cuando comencé a excavar en mi terreno para plantar mis primeros árboles me llevé una sorpresa puesto que en una excavación, cercana al metro y medio, tropecé con un obstáculo duro. Las herramientas trabajaron contra una piedra, y hubo que esquivar su contorno, cuando ahondamos la sorpresa fue grande, la piedra tenía forma esférica, y al darla vuelta una concavidad. Además apareció el pilar, hecho de la misma piedra, sin poder evitar su rotura puesto que no sabía con que elemento estaba tratando”.

El mortero, de factura indígena, no se corresponde con los usos y costumbres de la gente del lugar, y la explicación plausible está dada por el uso de materiales de relleno de los más diversos orígenes que se usaron para nivelar este sector de urbanización que se conoce con el nombre de AGP, Administración Nacional de Puertos, aunque hoy por ya no sea de incumbencia de esa entidad.

Alguien no advirtió lo que estaba perdiendo, o lo desvalorizó, o le resultó incómodo en una mudanza puesto que el mortero tiene su peso.

Patricia Cajal usa la metáfora "tierra de relleno" para hacer referencia al carácter aluvional de nuestra población, que no termina de asentarse en el lugar. En ete caso la "tierra del relleno" vino cargada de sorpresas.

Se ha dicho en wikipedia que “Los buenos morteros deben ser pesados o de materiales resistentes, para soportar los golpes prolongados y poder así reducir a polvo las sustancias. El mortero no puede ser frágil ya que se rompería durante la operación de pulverizado. El material debe ser también cohesivo para que no se desgaste su superficie y se mezcle con los ingredientes. En los tiempos antiguos la existencia de residuos abrasivos empleados en la molienda de cereales hacía que existieran accidentes en los dientes. A veces conviene que se elaboren de materiales no-porosos para que no absorban parte de los aromas de las sustancias a machacar. En la preparación de los alimentos, un material que no sea "liso" en la superficie interior del mortero puede hacer que altere las propiedades organolépticas de un ingrediente que se desea pulverizar al interactuar con sabores y aromas de otras sustancias previamente molidas; en este tipo de aplicaciones se elige siempre un material que sea capaz de ser lavado perfectamente, eliminando la existencia de ingredientes pasados”.

El motero de Raúl se ve como un buen mortero.

Aborígenes de la región central de Argentina utilizaban excavaciones producidas en la misma roca para realizar allí su molienda tradicional, la del maíz.

En Mercado Libre encontramos en oferta este otro mortero, valuado en $ 900, y donde se ha colocado un apisonador de madera.


(*) La publicación del Mortero en este Museo sirvió para aclarar una situación de origen de Domínguez, a quien muchos suponíamos como cordobés. Pero mendocino, y Córdoba le ha dado tres títulos: farmacéutico, bioquímico y marido.