viernes, 16 de agosto de 2013

26. La última y la primera



Al 30 de junio caducó la concesión del Estacionamiento Medido a la ONG "Déjalo ser, déjame ser", que regenteaba una actividad polémica.

Ese día pagué mi última boleta al salir de la radio.

Hoy -16 de agosto de 2013- encontré la primer boleta verde, es por media hora y me la dejaron mientras asistía a mi clase de taichi.



Durante todo este tiempo en que no se pagó ahorré 282 pesos, los fui guardando para el cimbronazo no sea tan grande cuando se impongan los cuatro pesos en la hora, dos la media, uno los quince minutos. Es como si hubiera formado un fondo anticíclico.

Durante un tiempo pensé que el cobro del estacionamiento medido era necesario, situación que se reafirmó los primeros días en que pasamos sin sin su cobró.

Pero es complejo vivir en una ciudad donde hay tantos autos y en los que en buena parte de los casos sirven al transporte unipersonal.

Esto me lleva a recordar el cuento aquel de Condorito, que cuando Don Chuma le comenta que en EEUU hay un auto cada tres personas el dice: -"No puede ser, sino no los harían con cuatro puertas".

Son tantas las dificultadas para conseguir estacionamiento que en los últimos días he pensado en la necesidad que se extienda en mismo al casco antiguo de la ciudad, es decir Don Bosco por un lado, y Bilbao por el otro.

Mi amigo Don Pulgar, analista de cuando se le venga encima, opina lo mismo que yo pero el sostiene que un día debería cobrarse en las paralelas a Belgrano, y otro en las paralelas a San Martín.  Lo dice con picardía porque el vive en un pasaje oblicuo a ambas.

Mientras tantos se espera una pronta instalación de un techo de internet que relegaría las boletas verdes al olvido.

Por todo ello incorporamos la última y la primera a nuestro museo: con el tiempo seguro que todas lo serán legítimamente.

La primer ordenanza sobre el particular es de 1988, pero se tardó más de quince años en implementar un servicio de esta naturaleza.

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